Luego en 1976 el Vivero Forestal de Chimbote fue transferido a la empresa Siderperú, a través de la Resolución Suprema Nº065VC-4400. Después de 18 años y por razones de que la empresa siderúrgica fue privatizada fue cedido en uso al Obispado de Chimbote, que en aquel tiempo era conducida por monseñor Luis Bambarén Gastelumendi. Esta transferencia se concretó según acuerdo de Directorio de Siderperú, de fecha 21 de marzo de 1996. Ya bajo la administración de la Diócesis el Vivero recibió apoyo del sector empresarial de Chimbote y se le dio mucho impulso a las actividades patronales, con motivo de la celebración religiosa en homenaje a San Pedrito, patrono de la ciudad.